¿En realidad hay un cambio climático?
Por: Camilo Botero* - ACR Latinoamérica
Una oportuna reflexión sobre el presente y el futuro de nuestro planeta en cuanto al tema ambiental, y la manera en que nuestra industria influye en esto.
Sí lo hay y es una realidad incuestionable científicamente, por mediciones y aún por simple observación de nuestro medio ambiente. El cambio climático y el calentamiento global que son fenómenos íntimamente relacionados, son hechos inocultables que cada vez impactan más al mundo en muchos aspectos: deshielos de los polos y los nevados, tormentas y huracanes más fuertes y frecuentes, sequías, incremento en el nivel del mar; los climas cálidos se van desplazando hacia mayores altitudes, cambiando los productos agrícolas típicos de ciertos niveles y generando enfermedades, como el paludismo que antes estaba a nivel del mar o cerca y ya aparece hasta las 2.000 msnm.
La generación que sufrirá más contundente los efectos del cambio climático ya nació o está naciendo y cuando sean adultos se enfrentarán a un medio ambiente severamente deteriorado. El IDEAM presentó su estudio de los Nuevos Escenarios de Cambio Climático y proyecta que para 2100 la situación será realmente adversa, Greenpeace asevera que es la mayor amenza medioambiental a la cual está enfrentada la humanidad y nuestro planeta y me declaro completamente de acuerdo con esta aseveración. La ONU concreta que el 95% de los cambios ambientales se debe a la actividad humana y continuo de acuerdo.
Las estrategias de control en los sistemas en la fase de diseño, luego en el montaje y por supuesto en la operación y el mantenimiento, deben lograr que los sistemas se ajusten a las cargas parciales de la manera mas precisa posible, aquí nos queda una importante tarea, pues en mi concepto en general no usamos adecuadamente dichos controles en los sistemas.
La reglamentación en nuestros países latinoamericanos para promover acciones que mejoren el uso racional de la energía y nos torne ecológicos, es deficiente o inexistente, en ello debemos emplearnos a fondo desde las asociaciones, las universidades, los Gobiernos y todos los actores de nuestro negocio.
Debemos aplicar metodologías como el aseguramiento de la calidad de nuestros sistemas de climatización y de la cadena de frío (Commissioning) y las auditorias energéticas, para encontrar donde y cómo desperdician energía y atacan el medio ambiente; corregir las anomalías, actualizar y optimizar dichos sistemas.
Según una investigación de IDEAM, de hoy hasta finales del siglo, el aumento de la temperatura promedio de Colombia será de 2,14 grados centígrados. En los próximos 25 años la situación es muy alarmante porque la temperatura subirá casi un grado en todas las regiones y de hecho este valor "podría comprometer la sostenibilidad de muchas zonas". Se evidencian los posibles escenarios de cambio climático y toma como variables el aumento de la temperatura y la variabilidad de las precipitaciones, que se usarán como una herramienta para la toma de decisiones que les permitirá al Gobierno, a los entes territoriales y los sectores productivos planificar sus acciones de desarrollo, de acuerdo con los desafíos que se presentarán. Está por verse si realmente tienen un impacto positivos, estas decisiones.
Un aumento de la temperatura reducirá la productividad agropecuaria, cambiará los cultivos y los hará más frágiles, incrementará el nivel del mar, comprometerá los páramos y los ecosistemas de alta montaña, donde se produce la mayor cantidad de agua del país, y derretirá los glaciares como ya está sucediendo.
Otros efectos estarían asociados al surgimiento de plagas, problemas de salud por el brote de mosquitos y los problemas debidos al aumento en el nivel del mar, en las ciudades costeras.
Como conclusión; todos sin excepción, tenemos la obligación de optimizar nuestro consumo de energía, minimizando el uso de combustibles hidrocarburos y nuestra huella de carbono, reciclar efectivamente, incorporar energías alternativas, como generación fotovoltaica, calentamiento de agua por radiación solar, generaciones eólicas, no contaminar las aguas, usar las aguas lluvias y en nuestro trabajo como expertos en climatización, refrigeración y cadena de frío, usar los equipos de máxima eficiencia, con optimo control a cargas parciales, con refrigerantes amigables con el medio ambiente e incorporar en los sistemas, energías alternativas.
*Camilo Botero es el actual secretario de la Federación de Asociaciones Iberoamericanas del Aire Acondicionado y la Refrigeración - FAIAR; fue presidente de ACAIRE y es presidente de Camilo Botero Ingenieros Consultores Ltda. Se ha desempañado como docente en varios universidades Colombianas, gremios y actualmente en ACAIRE en cursos de diplomado de proyectos de aire acondicionado, eficiencia energética en aire acondicionado y refrigeración, cogeneración y trigeneración, psicometría aplicada, termodinámica, mecánica de fluidos, transferencia de calor y turbomaquinaria
Fuente: ACR latinoamerica - Vol. 18 N°3, 2015
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